Desde el año 2012 La Rioja pertenece nuevamente a la región Noroeste Argentino (NOA), junto a Salta, Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero y Catamarca, ya que desde los ’90 y por más de veinte años, nuestra provincia estuvo integrada con San Luis, San Juan y Mendoza en la región Nuevo Cuyo.


Este enunciado tan simple, de pertenecer a tal o cual región, ha sido y es motivo de las más variadas disquisiciones, en muchos casos con voces y opiniones encontradas, sobre la entidad real o ficticia de nuestra región o de su natural  pertenencia; y más allá del análisis sobre el acierto o no de estas políticas, lo cierto es que de manera itinerante, intentamos funcionar política e institucionalmente integrados a alguna región, con marcadas asimetrías y desigualdades en los objetivos propuestos y en los resultados obtenidos.

Con mucha frecuencia nuestra clase política da por sentado que automáticamente y sin mediar otro argumento más que la voluntad o el voluntarismo, las políticas bajarán por sí solas, o sea de arriba hacia abajo, sin el consenso necesario y sin el tiempo de asimilación que las sociedades necesitan para sus cambios.

La realidad es bien distinta y podemos comprobar que a pesar del tiempo y los esfuerzos que pusieron los actores del sector público y privado, estuvimos lejos de acrisolar e integrar todos los factores étnicos, culturales, productivos e institucionales necesarios, para lograr que La Rioja se integrara a la región Nuevo Cuyo.

No obstante, hoy de vuelta en el NOA, región a la cual creemos pertenecer naturalmente, es necesaria una estrategia válida para identificarnos, aceptarnos e integrarnos productiva y culturalmente, más allá de los enunciados y deseos  de los gobiernos de turno.

Una manera eficaz  y armónica de lograr este objetivo, puede ser la circulación regional de bienes, servicios y contenidos culturales para que éstos lleguen a los habitantes de toda la región y en ese conocer la cultura del otro, concretar cercanías e interacciones.

¿Porqué no articular políticas con la Educación Formal Obligatoria, para dar contenidos de geografía e historia regional? Esto seguramente permitiría que muchos riojanos por ejemplo, sepamos donde queda Iruya, quien fue y que hizo el Obispo Colombres o que producen los Valles Calchaquíes; así mismo y a partir de esos conocimientos tal vez podamos plantearnos enviar nuestros hijos a realizar estudios en las provincias vecinas, vender nuestras artesanías dentro de la región del NOA o consumir música, teatro, literatura, radio, cine y televisión producidos en la región, con una mirada nuestra y en comunicación horizontal, sin tener que decodificar necesariamente lenguajes e información a través de los medios de Buenos Aires.

Planteada la cuestión, la de cal… la expectativa, es que La Rioja puede hacer una oferta cultural más que interesante para el contexto de la región.

La región NOA cuenta con un mercado potencial de 6.000.000 de habitantes (cifra aproximada hasta tanto se realice el nuevo censo nacional de población) que entre otros rubros y renglones, consumen bienes y servicios culturales. 

¿No será momento de hacer un estudio de mercado para conocer los gustos, preferencias y tendencias de consumo de los norteños en esta materia? ¿Qué otras demandas tienen además de lo que se les impone a través de los medios masivos de comunicación de la Capital? ¿Qué oferta y propuesta podemos hacerle al salteño o al santiagueño en materia de espectáculos, radio, cine, televisión, diarios y revistas, circuitos regionales de turismo cultural y religioso, museos, oferta académica, etc., para un consumo más equilibrado y de contenido propio que el actual, donde la identidad regional está en clara desventaja?

Aún con los magros presupuestos con que cuentan nuestros Organismos oficiales de Cultura, muy lejos del 1% que señala la UNESCO como piso presupuestario para la implementación de Políticas de Desarrollo Cultural, es posible optimizar nuestros recursos humanos y materiales conformando y/o encargando a equipos políticos y técnicos, el diseño de un plan de cambio, que como siempre se operará desde la toma de conciencia del problema y de sus posibles soluciones.

La de harina… es que la clase dirigente que supimos conseguir sólo piensa en términos de región ante coyunturas de emergencia como desastres naturales, plagas, eclipses o campañas electorales y ante la incertidumbre de quienes serán los próximos gobernadores e intendentes de la región, y quienes serán los titulares de los organismos de integración cultural, no se sostienen salvo honrosas excepciones, políticas permanentes de coordinación e interacción regional.

Para comenzar a repensar nuestras posibilidades de integración real a la Región NOA en materia cultural, será necesario:

  • realizar un estudio de mercado regional para mensurar y cuantificar guarismos y tendencias de consumo de bienes y servicios culturales
  • confeccionar un listado, catálogo y/o censo de productores y productos culturales a circular
  • idear sistemas de comercialización 
  • diseñar sistemas de distribución
  • establecer medios y canales de comunicación horizontal entre nuestras provincias para la difusión, propaganda y publicidad de los bienes a circular
  • jerarquizar, homologar y normatizar productos similares para establecer calidades y precios con el fin de sustanciar la oferta de bienes en los mercados en los que deseamos intervenir
  • seleccionar a los productores y productos de  mayor calidad y trascendencia para tramitar su denominación de origen y ofrecerlos en el mercado nacional e internacional

Todas estas tareas necesarias para el desarrollo de nuestro mercado regional, deben enmarcarse en el campo de la decisión política pero con una visión de praxis empresarial y comercial, y con la ineludible participación de los hacedores culturales, asociaciones intermedias, ONG, sindicatos, etc. quienes también serán responsables de la orientación y de la conducción de los acontecimientos.

Luego de las elecciones de este año, tendremos en nuestras seis provincias del NOA nuevos gobiernos provinciales y municipales con el consabido cambio de gabinetes y funcionarios. Se presenta así una nueva oportunidad para desarrollar nuevas visiones e ideas en este sentido. Ojalá no sea como tantas otras veces, sólo cambio de figuritas.