Así como ArteBA copia o replica en su formato ferias extranjeras, las ferias del “interior” tienden a copiar a ArteBA. Claro, nuestro interior no es precisamente homogéneo. Quizá solo Córdoba y Rosario puedan realizar este intento, con un poco de buena voluntad Tucumán o Mendoza. El resto del país hace lo que puede. Lo más llamativo, para mí, es esta motivación aspiracional de querer ser quien no somos. Que evidentemente surge en Buenos Aires que mira afuera, y las provincias que miramos a Buenos Aires.


Las ferias de arte se replican como propuesta en diferentes partes del país. La más conocida es sin duda ArteBA. Lo más llamativo, para mí, es esta motivación aspiracional de querer ser quien no somos. Que evidentemente surge en Buenos Aires que mira afuera, y las provincias que miramos a Buenos Aires.

Inventar un espacio que a algunos les sirve como vidriera de una realidad que no es. Cito por enésima vez tácitamente al medio pelo argentino de Jaureteche. La feria de Rosario es honesta desde el nombre. Se llama “MicroFeria de arte Contemporáneo”, en contraste nominal con la de Córdoba que ostenta “Mercado de Arte”.

Invitado Por Clarisa Apendino (Subsecretaria de Industrias Culturales y Creativas de La Municipalidad de Rosario), Roberto Echen (Curador de esta tercera feria) y Nancy Rojas (Curadora del conversatorio de la feria) tuve oportunidad de asistir y poder realizar esta crónica.

Más de 5.000 personas visitaron la MicroFeria de Arte Contemporáneo 2019, con entrada gratuita, en el Centro de Expresiones Contemporáneas (CEC) al lado del rio. En esta tercera edición, cuyo eje temático giró en torno al concepto Redes hubo quince espacios seleccionados, con stands amplios y bien montados, de: Rosario, Rafaela Buenos Aires, Córdoba, San Nicolás y La Plata.

Con curaduría de Nancy Rojas el Espacio de Auditorio trabajó sobre distintas derivas, como desde dónde pensar la producción, circulación y consumo de obra de arte, a través del disparador «Interrupciones». Fallas, deseos y tomas de posición en torno al mercado del arte en Argentina.

Otros tópicos incluyeron las Proximidades y apartamientos en relación con el supuesto del «mercado inexistente del arte, los Imaginarios y derroteros para entrar y salir de la mercantilización cultural y Miradas, autoficciones y desafíos en la formación de una colección.

Allí galeristas, coleccionistas, investigadores, artistas y otros agentes del campo del arte problematizaron según distintos puntos de vista. Fue sin duda lo más interesante de la feria. Principalmente por los temas tratados en los mismos, los participes que fueron de lujo, la temática indispensable sugerida y la posibilidad de discusión abierta. El inicio lo dio una hilarante Beatriz Vignoli, leyendo una adaptación breve de su libro “Reality bajo la luz de la luna” dudo que pueda olvidarse. Y creo que para los que nos interesan las artes visuales es un libro de culto por muchos motivos.

El mayor plus de esta feria ha sido poder ver el trabajo desplegado en el Museo Histórico de Rosario Dr. Julio Marc por su director Pablo Montini. Dos intervenciones contemporáneas que conviven con el patrimonio del museo, posibilitando un acercamiento estético y conceptual entre el acervo y el arte actual.

Una sobre la Guerra del paraguay curada por juan Laxagueborde en la que conviven obras emblemáticas como un soberbio Cándido López u objetos como un birrete o escudo usados en la guerra con obras de : Laura Códega, Ariel Cusnir, Alita Olivari, Benito Laren, Lucrecia Liontti, María Luque, Alberto Passolini y Alejandro Rossetti. Citando al curador: “El arte tiene una intención siempre imprecisa porque forma con los escombros de lo que pasó sensaciones que pasan en tiempo presente y que se extienden sin fin.”

Y otra intervención de Román Vitali llamada “Algunas flores en un jarrón junto a un espejo”. Vitali incorpora sus obras (la obra preciosista de Román de flores y ramas realizadas con cuentas acrílicas) desarrollando una instalación que le otorga una nueva lectura a la colección de arte decorativo del museo, centrada en la colección de jarrones de porcelana y de muebles del siglo XIX.

Creo que es importante tener esta feria porque su sinceridad permite federalizar la gran escena argentina. Crea posibilidades de exhibición y encuentro entre los artistas, público en general, galeristas, coleccionistas y curadores. Se presenta como un espacio de discusión sobre los modos de circulación y consumo del arte contemporáneo en la ciudad y el país generando un acercamiento distinto a las prácticas artísticas contemporáneas.