Desde la Capital de la Rioja a Chilecito

Nuestra Capital cuenta con inquietos potenciales turistas, que más allá de folklóricas y jocosas rencillas, son amigos muy bienvenidos a disfrutar de la hospitalidad parroquiana chileciteña.

Escribe Poly Badoul – PUENTE ALADO


La propuesta puede requerir desde un día o más, solo hace falta decidirse.

Salir a encontrar el amanecer con ese gigante sol de Patquía para, bien temprano, ingresar a la comunidad de Los Colorados, contratar un guía y en menos de dos horas adentrarse al paisaje de farallones ardientes, llenos de historia, con el puente ferroviario de vías que trascienden el infinito, surcando la tierra colorada.

La energía que surge de tan impactante escenografía natural, invita a una mirada desde la sacralidad aborigen, que dejó su impronta en petroglifos, morteros y otros vestigios.

También fue acá el nudo articular de las legendarias montoneras durante el primer siglo de la patria: La Cueva del Chacho, estratégico escondite del caudillo riojano.

Su geología curiosa ha mutado millones de años hasta convertirse en la puerta sud de los Valles del Famatina. entre rocas, arbustos y cactus, únicos de la zona de transición de dos biomas.

Pronto, siguiendo la RN74, los olivos y vides acompañan sendas márgenes del camino que va por el centro del Gran Valle. Se puede visitar la Bodega y Fábrica de aceite de oliva de La Puerta (km 1186)

Si salió temprano, aún resta tiempo para desviarse, desde Nonogasta, unos 25 kilómetros hacia Cuesta de Miranda. Doce kilómetros escénicos, plena ruta 40, con una obra vial nueva e increíble, que permite transitar con toda comodidad, en medio de un paisaje increíble.

Resta llegar a Chilecito y almorzar cabrito durante todo el día, en cualquiera de los restaurantes que rodean la plaza Principal.

La ciudad cuenta con  múltiples atractivos. El Cristo del Portezuelo es punto georeferencial de la ciudad sobre el cerro Paimán. Cuenta con sanitarios, artesanías y bar. Mediante un ascenso suave, llegará a un mirador extraordinario de la ciudad, del Famatina y del Velasco. El Molino de San Francisco, es el Museo de Chilecito, con salas de arqueología, geología, historia, arte, etc. También está la Bodega La Riojana y la Fábrica de alfajor de Vino La Rinconada, como muchas otros regionales y en vacaciones, la carpa de los artesanos.

El Cable Carril se inicia en Chilecito y transitando la avenida homónima, entre las torres del mismo, se llega a la Estación 2 de este increíble Monumento Histórico Nacional. Ubicado a casi 1500msnm, permite panorámicas de todo el valle.. Es una joya de la ingeniería industrial y en la zona del museo de sitio, hay visitas guiadas de 9 a 18 hs. abonando $30 de entrada que sirve también para ingresar a la Estación 1 y Museo del Cable Carril.

Seguramente a esta altura, el día no será suficiente para continuar. Si decide pernoctar, es casi una obligación degustar el Torrontés Riojano en su tierra de orígen, donde los que saben, dicen que sabe mejor.

Por ello, les sugerimos pernoctar y al día siguiente, recorrer alguna de las ocho capillas coloniales MHN, la Ruta de la Producción, el Museo de Joaquín V. González -Samay Huasi; el Círculo de San Nicolás, la apacible vida pueblerina de cada distrito o simplemente, sentarse a disfrutar del sol en la Plaza de los Caudillos Federales, en el Parque de la Ciudad o en el Parque Arturo Marasso.

Quien decida quedarse por más días, seguramente encontrará maravillosos lugares para conocer a 35 kilómetros, en Famatina; o una disparada a Aicuña, bajando la Cuesta de Miranda, o continuar la RN40 hasta Villa Unión, etcétera.

La Rioja toda, es un hermoso misterio que se irá develando a medida que usted tome la decisión de cononcerla. Desde los distintos lugares turísticos, habrá gente con la cualidad que es casi un sinónimo del riojano: la amabilidad y la calidez.

 

La Rioja, 15 de julio de 2018