Un nuevo informe llega, de la mano de dos grandes referentes musicales de La Rioja. Camilo Matta y Viviana Bognar, compañeros en la vida y en la música, nos abren las puertas de su casa para compartir un trocito de su historia y su presente. No te pierdas esta nota con el músico y la maestra.

Escribe Patricia Espeche – PUENTE ALADO                                              11/01/17


Ambos tuvieron una infancia marcada por la música. Luego, sus vidas fueron tomando distintos rumbos que los llevaron a encontrarse.

El hombre de los mil oficios

Al tratar de resumir su historia, Camilo se autodefine: “Yo hago música popular la mayor parte del tiempo. Me he dedicado a componer, arreglar, producir más música que tiene que ver con lo vocal y con la canción”.

Confiesa que le cuesta estar mucho tiempo haciendo lo mismo. Quizás eso lo llevó a ser “el hombre de los mil oficios en la música”. Productor discográfico, compositor, arreglador, director, cesionista de grabaciones, gestor cultural, productor de radio y TV… y la lista sigue… Música publicitaria, para teatro, documentales…

Entre los recuerdos que lo marcaron, evoca su incursión en el primer coro de niños de La Rioja, o los primeros grupos de rock integrados junto a sus compañeros de la escuela Pío XII y luego en la adolescencia junto a Copito Molina Torres, Eduardo Pelliza, Mario Suárez y otros músicos actuales.

El hombre de los mil oficios no sólo integró los mejores coros del país, también realizó, por ejemplo, la campaña del “hincha de Camerun” de Clemente para TV en los años 80’.

Estuvo varios años en Buenos Aires, lo que le dio la posibilidad de hacer distintos trabajos con referentes que trascendieron en el país y en el mundo.

Hace 30 años volvió a vivir a La Rioja acompañado por Viviana.

La vida con la música

Enseñar, difundir, preparar, generar grupos para estudiar, cantar. Son pocas cosas las que en mi vida no tienen que ver con la música. Son engranajes de una misma rueda.

Desde la infancia en una  familia musical, “hacer música ha sido lo más natural en mi vida”.

Violín, guitarra y piano fueron instrumentos con lo que fue probando. “Nunca me imaginé que por el lado del canto iba a ser la cosa”.

Luego estudió composición, armonía, contrapunto. Ese era el mundo que le interesaba. Después estaba cantando en un grupo vocal, luego en un coro…

“Cuando vine a La Rioja descubrí que ese era un mundo que me interesaba muchísimo. Sobre todo cuando empecé a preparar el coro municipal de adultos, allá por el 90’, 91’; y los Niños Cantores de La Rioja que fue el lugar donde pude experimentar y ver qué estaba pasando. Después preparar alumnos de canto y después… armar mi propio coro”, repasa Bognar.

El complemento

Para Viviana, Camilo es un complemento muy importante. Él es creativo, compositor, arreglador. Ella reproduce sus composiciones en el trabajo coral.

“Colaboramos en la escritura porque él no es muy amigo de la computadora” – se ríe Viviana-, “Cada uno con una formación diferente y una mirada distintas sobre los distintos aspectos que tienen que ver con lo musical”.

Camilo va un poco más allá: “Cuando pienso en todos estos años de compartir sueños, inquietudes, proyectos, realidades, cosas buenas y no tan buenas… parece que fuera ayer todo. Siempre codo a codo, hemos trabajado muchísimo juntos. No es fácil que dos personas que están en aspectos distintos de la misma profesión, se complementen en vez de competir”.

El desafío de los directores de coro

ARDIC es la asociación riojana de directores de coro. Se formó hace más de 20 años cuando decidieron juntar gente que estaba haciendo más o menos lo mismo.

“Comenzamos a desarrollar actividades que tuvieran que ver con el trabajo coral que acá en La Rioja era muy pequeño. Habernos juntado nos permitió tomar conciencia de la profesión que tenemos”, explica Viviana y repara en lo que se dispara en cada una de las personas que se acercan: “Tiene un efecto multiplicador, no solo en los directores sino también en los coreutas, desde los niños hasta los adultos mayores y los jóvenes”.

Y ese efecto multiplicador, repercutió también a nivel nacional.

Hace 14 años, se formó ADICORA (Asociación de Directores de Coro de la República Argentina), tomando como base las asociaciones de La Rioja, Mendoza y Santa Fe.

“Somos un grupo nutrido de directores de coro que bregamos por la apertura de más coros, la inclusión de más coros de niños en las escuelas, más repertorio coral argentino”, detalla.

Una mirada sobre el semillero musical de La Rioja

Viviana ejerce la docencia desde hace 25 años. El contacto con los jóvenes que se forman como músicos o docentes, le permite realizar un análisis auspicioso sobre la realidad de los referentes actuales.

“Son los que van a marcar el camino en la música local. Hay un cambio en cuanto a la cantidad de gente que abraza esto como una profesión. Eso es auspicioso porque uno puede pensar en la multiplicidad de manifestaciones que habrá. Porque mientras más gente se dedique, más diversas son las propuestas.”

Mirá el informe audiovisual, aquí.